El paso de Frank Valery Sr. por el automovilismo venezolano. (Segunda Parte)
La prueba en cuestión fue realizada con la participación de 43 vehículos recorriendo buena parte de los territorios del Estado Miranda.
Después de aquellas pruebas, y como penúltima competencia del año, sería realizada la “V Vuelta a Venezuela” que representaba la prueba nacional de mayor kilometraje. En esta prueba se recorrían distancias que superaban las recorridas en algunas competencias internacionales como por ejemplo el Rally Caracas-Bogotá-Caracas.
Aquella exigente prueba tenía una duración de casi tres días y contaba con una etapa de neutralización en el Hotel “La Pedregosa” en Mérida.
Después de concluido el “Rally de Campeones”, última prueba válida para el Campeonato de 1976, los resultados serían los observados en el gráfico anexo.
Arriba podremos observar los lugares en los que concluyeron los participantes de las Categorías “A” y “B” de aquella justa.
El campeonato del año 77, constaría de 10 pruebas válidas para definir a los campeones por pilotos y escuderías, 6 de las cuales serían válidas para el campeonato de marcas. Aquel año también depararía muchas emociones.
La octava prueba válida para el campeonato nacional sería la “VI Vuelta a Venezuela” realizada del 28 al 30 de octubre del año 1977.
Una vez más, pilotos y copilotos arrancaron el campeonato decididos a recorrer buena parte del territorio nacional en busca del ansiado premio y del reconocimiento de los aficionados por una parte y por la otra de sus acérrimos contrincantes.
En aquella oportunidad los laureles se los llevarían en la Categoría “A”, Enrique Pinochet y Emilio González, secundados por la dupla Márquez-Valery y posteriormente Canache-Martínez.
En la Categoría “B” los vencedores del Rally “VI Vuelta a Venezuela” serían Hilario Reali, uno de los insignes representantes del rallysmo merideño, en compañía de Jorge “el querido JJ” Rondón. Serían escoltados por Germán “El Mono” Aranzazu y G. Rueda, representantes del Estado Lara, quienes alcanzarían el segundo lugar en dicha justa.
Al finalizar aquel año de 1977, la pareja conformada por Alfredo Villapol y Guillermo Bortot (en la foto superior) serían quienes obtendrían el Campeonato Nacional de Rally.
Llegaría el año 1978, y durante aquel año se concretarían las pretensiones e ilusiones de aquella incansable dupla conformada por Rafael Márquez y Frank Valery, de coronarse con el título de campeones nacionales de Rally. Ya habían obtenido dos subcampeonatos y un tercer lugar en su categoría, pero no habían podido disfrutar de aquel tan ansiado laurel.
Sería el año de la Escudería Mototerra. Allí harían equipo con Nelson Canache y Manuel Balbes, que ocuparían el otro vehículo de la mencionada escudería.
Por aquella época la Ford había lanzado al mercado el vehículo Modelo Fairmont. Aquel vehículo había presentado algunos inconvenientes mecánicos que le había hecho ganar una aparentemente inmerecida “mala fama” y el para nada agradable remoquete del “enfermo” por su consonancia con el nombre “Fairmont” del modelo en cuestión. La gente de Ford pensó en una manera de promocionar aquel vehículo y como para aquella época la especialidad del rallysmo estaba pujante, apostaron por hacerlo en dicha disciplina. Buscaron a un piloto que les diera la seguridad de que aquella aventura terminaría con buen pie. Para ello contactaron a Nelson Canache, quien ya les había mostrado su valía dentro del automovilismo, cuando debió hacer exactamente lo mismo con el Ford Cortina de algunos años atrás.
Lograron entonces conformar el equipo contando además con la participación de Manuel Balbes como copiloto de Nelson y con mi tío y mi padre que serían el piloto y copiloto de aquel otro vehículo.
Aquel año en una cerrada lucha por el campeonato nacional, Rafael Márquez y Frank Valery superarían con sus 51 puntos a los 48,5 puntos obtenidos por Nelson Canache y Manuel Balbes.
Después vendría el año 1979 y sería la Escudería “Zico-Zulia” la que respaldaría a los pilotos que habían representado a la Escudería “Mototerra” obteniendo el campeonato y subcampeonato del año anterior. En esta oportunidad les correspondería recorrer los rincones del país a bordo de unos vehículos Marca Renault Modelo 12 TL, a los cuales antes de finalizar el año se les instalarían motores de Renault 16. Pero aquel campeonato había comenzado para mi padre al lado de un piloto diferente al usual: Nelson Canache. Juntos correrían los primeros tres rallys del año. Después se incorporarían Rafael Márquez y Manuel Balbes junto a sus tradicionales compañeros. Además la escudería se vería reforzada para su participación en el “Rally Internacional Caracas-Bogotá-Caracas” con la inclusión de competidores de la talla de Enrique Pinochet, Emilio González, el internacional Ernesto Soto y Luis Martínez.
Mediante el triunfo de Nelson Canache-Jaime Balbes y el tercer lugar obtenido por Márquez-Valery en el “II Rally Vuelta al Zulia”, la Escudería Zico-Zulia pasaría a liderar el Campeonato Nacional de Rallys.
Después vendría el Rally Internacional Caracas-Bogotá-Caracas y allí la Escudería Zico-Zulia arrasaría obteniendo los primeros cuatro lugares del evento, lo que le permitiría afianzarse en el primer lugar del Campeonato Nacional por Escuderías
Entre algunas anécdotas interesantes de aquellos rallys de finales de los años 70 podemos mencionar las pruebas especiales realizadas primero en el Autódromo de San Carlos durante la realización del “Rally 1000 minutos” del año 77 y luego la realizada en el Autódromo de Turagua el año siguiente.
Frank Valery, además de su participación activa primero en el mundo del automovilismo como piloto y luego en el mundo del rallysmo como copiloto, también colaboró con el deporte a motor, como directivo y organizador.
Ya en un artículo previamente publicado por mí, en esa oportunidad acerca de mi participación dentro del rallysmo venezolano, había mencionado la participación informal de mi padre como organizador de algunos eventos relacionados al rallysmo. Sin embargo, en adelante nos referiremos a su participación formal.
Para el año 1976 se desempeñó como representante de la Junta Directiva de Averally, ejerciendo el cargo de Presidente. Desempeñó aquella función por algunos años, en los cuales además de dedicarse a la competencia, también se encargó de la promoción y difusión del rallysmo en el país.
También participó y colaboró con otros eventos internacionales de importancia para el país. Formó parte del equipo de cronometraje deportivo que tuvo a su cargo esa importante función durante los tres años consecutivos (1977 a 1979) en que se celebró el Gran Prix de Venezuela. Todas aquellas fueron pruebas válidas para el Campeonato Mundial de Motociclismo. Para aquellos años Barry Sheene barrería con las tres pruebas en la Categoría de 500cc y Johnny Alberto Cecotto en el año 1977 y Carlos Lavado en el año 1979 ganarían en la categoría de 350cc.
Para el año 1978 formó parte del Personal Técnico que tuvo a su cargo el cronometraje del “Rally Internacional Vuelta a la América del Sud”. Diez etapas con sus correspondientes enlaces y primes: Buenos Aires-Montevideo, Montevideo-Asunción, Asunción-Basilia, Brasilia-Caracas, Caracas-Bogotá, Bogotá-Quito, Quito-Lima, Lima-La Paz, La Paz-Santiago, Santiago-Buenos Aires, con jornadas de descanso en Rio de Janeiro, Manaos, Caracas, Cuzco y Ushuaia, a media etapa. El libro de ruta era impresionante: más de 1.000 hojas en tres tomos para que resultara más manejable.
El rally fue recibido en la frontera de Venezuela con Brasil y la responsabilidad organizativa del evento dentro de Venezuela y en su etapa de descanso en Caracas recayó sobre el Personal Técnico Venezolano.
Y aquí Frank y Lya en compañía de Nelson y Luisa, todos ellos integrantes del Personal Técnico de aquel primer puesto de control del Rally Internacional “Vuelta a la América del Sud” en territorio venezolano.
La historia de mi padre dentro del automovilismo venezolano fue, sin lugar a dudas, una historia emocionante plena de grandes logros; pero todo aquello no hubiera sido posible sin el apoyo incondicional de mi madre: Lya Márquez de Valery.
Mi madre estuvo a su lado siempre y para él mucho más importante aún que su apoyo, sin duda alguna, fue su compañía.
En la foto de la izquierda, vemos a Lya esperando el paso de una de las pruebas válidas para el Campeonato Nacional del año 1978.
Siempre sonriente, a pesar de la comprensible angustia que aquellos eventos podían ocasionara las esposas de los competidores.
Aquí acompañando a mi padre durante uno de los tantos actos de premiación a los que asistieron durante la ya comentada trayectoria de Frank Valery en el mundo del rallysmo.
Abajo podemos verla durante la realización de una de las pruebas del campeonato de 1979 al lado de los vehículos de la Escudería Zico-Zulia.
Fueron muchos los trofeos, placas, botones y medallas recibidas durante aquella etapa de su vida. Lamentablemente el inexorable paso del tiempo carcomió la madera y oxidó los metales de la gran mayoría de ellos; pero lo que si no se deterioró jamás fueron los lazos de amistad que surgieron durante esos años de batallas deportivas.
Aquí las fotografías de parte de esos amigos sobrevivientes de aquella época.
Frank Valery fue un eterno apasionado y enamorado del automovilismo y de los vehículos a motor.
Frank Valery falleció el 04 de marzo del año 2015, hace ya 5 años, luego de librar una última batalla contra las secuelas de la Chikungunya.
Recuerdo a mi padre como un hombre jovial, encantador, honesto, leal y solidario. La palabra empeñada era para él ley a ser cumplida. Siempre estuvo dispuesto a tender una mano quien lo necesitara. Los que lo conocieron y compartieron con él, solo tienen buenos recuerdos de esos tiempos.
Cuando preparaba este artículo me comuniqué con Hernán Moreno para pedir su autorización para tomar algunos datos de su extensa cronología del rallysmo. Hernán me respondió que la información estaba totalmente a mi disposición, pero días después envió este mensaje que copio textualmente:
“El 11 de mayo 1977 me llegaba por Aerocav a Mérida, mi primer Twinmaster Halda, me lo enviaba tu papá de Caracas, no se ganaba ni 1 Bs. El costo era el precio en Europa + flete a Caracas + flete a Mérida. Así trajo muchos. Ahora tengo 4, los 3 anteriores están dañados”
Así era mi padre y así lo recordamos su esposa, sus hijos y sus nietos; quienes llevamos con orgullo y con amor; su recuerdo como un sello indeleble en el alma.
Bendición, Viejito